domingo, 10 de septiembre de 2017

Sonríeme

Antes, por expresar absolutamente todo, tenía problemas. No calibraba como afectaba a aquellos que me rodeaban.

Después, guardarlo todo no ayudó. Era una bomba de relojería que estallaba por cualquier tontería.

Perdí amigos y relaciones por ambos estados de pensar y sentir.

Ahora aún no puedo decir que esté mejor, pero combino algo más adecuadamente las dos vías.

Aún hay días de sufrimiento inútil, pero cada vez son menos.
Y una sonrisa siempre ilumina mi tarde.

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